El partido de anoche, jugado en el Estadio Monumental, fue un reflejo de lo que fue el Millonario en toda esta Copa. Un equipo batallador, que tuvo múltiples errores infantiles que le provocaron pasar casi de milagro la fase de grupos. Le tocó enfrentar a Boca, a quien le peleó el partido y lo atoró bien arriba, cediéndole la pelota y convirtiendo al Xeneize en el responsable a la hora de jugar. Y al parecer, esa faceta le sienta muy bien.
Del mediocampo que salia de memoria con Sanchez, Kranevitter/Ponzio, Rojas y Pisculichi se pasó -por bajones futbolísticos anunciados- a Sanchez, Kranevitter, Ponzio, Martinez. A priori, más vértigo y pelea que juego. Y eso, a la larga, te pasa factura. No critico en nada al Muñeco, el equipo que puso ayer fue el correcto. El problema es ver más allá. A este equipo, a contra parte del 2014, le cuesta y mucho ser el que lleve las riendas del partido. No le gusta ser protagonista. Se vuelve predecible cada vez que un equipo se le cierra bien atrás. Jamás pudo resolver el enigma que sentó la merma de Leonardo Pisculichi, pieza clave del River campeón edición 2014. Gonzalo Martinez juega a otra cosa. Mezcla de explosión e individualismo, aún le falta para consolidarse como la manija del equipo. Cuando parecía haber encontrado el cuarto volante, a Driussi le diagnosticaron un síntoma meningeal. Y vaya si sintió su ausencia. Con apenas un puñado de partidos en Primera, se había instaurado como una pieza importante en la idea del Muñeco. Esto se entiende, cuando la bandera de River pasó a ser Leo Ponzio. Bien merecido se lo tiene, por que la rompió toda en las series contra Boca y no se achica en las bravas. Pero en lo futbolístico, las diferencias son notorias.
El Miércoles próximo, en Belo Horizonte, River deberá salir a buscar un resultado que lo meta en las semifinales de la Libertadores. Está claro, que con los intérpretes que alineó el Muñeco ayer, se le hará muy difícil al Millonario dar vuelta la serie. ¿Que deberá hacer Gallardo? ¿Indultará a Ariel Rojas para tener algo más de juego? ¿Romperá el doble cinco y pondrá alguien más abocado en ataque? Muchas dudas, que se irán despejando con el correr de los días.